HIDROVO VELÁSQUEZ HORACIO

Fue un poeta y novelista manabita originario del cantón Santa Ana, nació el 20 de mayo de 1902.

Estudio en Manabí hasta graduarse como Bachiller en el Colegio Nacional Olmedo de Portoviejo, donde luego fue profesor de literatura y posteriormente Rector del plantel.

Elegido como Diputado en 1945, por los trabajadores del litoral, y consecutivamente, en 1957 fue elegido como presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Manabí, momento que utilizo para promocionar y organizar el “Primer Festival Nacional de la Poesía”.

Demostró verdaderamente las metas que busca la Casa de la Cultura sobre la proyección social de la entidad, y llevó a los pequeños poblados de su provincia y a las escuelas rurales el recado de la inteligencia y del espíritu. Además, instruyó a los campesinos los nombres de los forjadores de la nacionalidad y genero el hábito de leer a quienes observaban desde lejos, con temor, al libro.

El poeta inició embajadas de músicos, pintores, poetas y educadores, con el propósito de llegar a zonas a donde sólo llegaban jinetes a caballo o mula. Por ello, el pueblo lo amó sin reservas

En 1961 el Gobierno Nacional le otorgó la “Condecoración al Mérito Educativo”, por su laborioso y prolífero trabajo en beneficio de la colectividad de su provincia.

Horacio Hidrovo Velásquez murió en la ciudad de Portoviejo el 19 de abril de 1962, fue considerado como uno de los más interesantes y menos difundidos poetas posmodernistas del Ecuador.

OBRAS DE HORACIO HIDROVO VELÁSQUEZ

•          "Libro Prematuro" (1920)

•          "Pedro Gómez" (1930)

•          "Jinetes en la Noche" (1948)

•          “Dimensión del Dolor” (1951)

•          "Recado de Agua Clara" (1960)

•          “Un Hombre y un Río” (1957)

•          "La mujer que nació así" (1927)

Análisis de algunos poemas:

PARA LILA Y PARA NUESTROS HIJOS 

REGRESO HASTA MI PUEBLO 

Crítica Literaria:

Horacio Hidrovo Velásquez fue el escritor símbolo de la novela manabita. En sus obras narrativas y poéticas hizo un apropiado uso de ficciones y realidades a través de su palabra privilegiada, escritos que indiscutiblemente fotografían a los montubios manabitas, así como a sus paisajes rurales y urbanos, a quienes amó. Sus obras fueron reconocidas, pero no difundidas como merecían.